viernes, 14 de agosto de 2009

Salud psicofísica para conducir mejor

En el suplemento AL VOLANTE del Diario La Nación, salió este artículo interesante:
Enfermedades, estrés y desórdenes psíquicos son factores de riesgo en la conducciónLos seres humanos no estamos física y psíquicamente igual todos los días. La salud y la mente condicionan nuestras acciones; entre ellas, manejar un vehículo. Los problemas en uno y otro aspecto son potenciales causantes de accidentes.
Enfermedades como diabetes, epilepsia, convulsiones, afecciones cardiovasculares y trastornos del sueño, como apneas, son de alto riesgo para la conducción de un automóvil, porque pueden producir pérdida de conciencia. En estos casos, la correcta medicación es fundamental.
Es más, hasta una simple gripe disminuye la capacidad de manejo. Según la consultora Driving Consultancy, un estudio realizado en Gran Bretaña reveló que hasta un resfrío fuerte incrementa el tiempo de reacción de frenado en un 10%, lo que equivale a haber consumido dos vasos de whisky.
También son peligrosos los casos de depresión, estrés, ansiedad y los más extremos problemas como psicosis o manías, que disminuyen o anulan la concentración en la conducción.
El estrés de la vida diaria (preocupaciones, problemas personales, etcétera), incluido el que la conducción de un vehículo produce (en especial en las grandes urbes), provoca una excesiva ansiedad en muchos conductores. Esto es perjudicial porque puede derivar en conductas como ira, miedos y hasta pánico en determinadas situaciones.
Físicamente hay síntomas como la falta de relajación, palpitaciones y dificultades respiratorias que manifiestan estos problemas causados por el estrés.
Por eso es aconsejable respirar adecuadamente, intentar relajarse y, sobre todo, controlar la irascibilidad.
Es cierto, decenas de vehículos en pocos metros cuadrados y maniobras erróneas de otros conductores pueden alterar nuestros nervios, pero la ira no es una buena compañía al manejar.
Conductas agresivas como insultar a otros conductores (a veces durante varias cuadras) por alguna maniobra, encerrar, no dejar pasar a otros que vienen más rápido o pegarse al auto que va adelante también son muestras de ira.
De más está decir que en estas circunstancias, un mal cálculo de las distancias o una distracción pueden causar un accidente. O una pelea (hay muchos ejemplos de uso de armas blancas y de fuego) de imprevisibles consecuencias.
Gabriel Tomich
Que les sirva. Un abrazo
Link al Suplento "AL VOLANTE"

Cuidado de las Cubiertas

En DeMotores.com encontré un artículo que transcribo, pues me pareció interesante:
Como se sabe, los neumáticos son las únicas piezas del vehículo que están en permanente contacto con la superficie por la que se transita. Por eso es fundamental el cuidado y el conocimiento de las indicaciones que presentan en la banda de rodamiento y los laterales de la misma, para transitar con seguridad y prolongar la vida útil.
Además, para que los avances tecnológicos para el confort y la seguridad, como el ABS, el control de estabilidad y la asistencia electrónica de frenado, funcionen correctamente DeMotores.com recomienda que los neumáticos del vehículo estén en condiciones óptimas.
El deterioro de los neumáticos puede verificarse por los indicadores de desgaste (de 6 a 8, según cada marca), ubicados en el fondo de las hendiduras, a la altura de la sigla TWI, o de los triángulos en el lateral del neumático.
Si las huellas de la banda de rodamiento están gastadas, la adherencia disminuye y el conductor puede perder el control, además de ser más fácil la entrada en hidroplaneo o aquaplanning. Bien infladas
Una de las tareas que es conveniente realizar en forma periódica es la de medir la presión, ya que cuando el neumático mantiene la presión indicada en el manual del usuario, la banda de rodamiento mantiene un óptimo contacto con el piso, por lo que también logra un mejor agarre.
Si la presión es más baja que la indicada, la cubierta se deforma, las paredes se desgastan prematuramente y debido a que la temperatura interna sube, puede llegar a reventar. Otra de las consecuencias es que, al tener más superficie de resistencia aerodinámica, se consume más combustible. Exceso de presión
Si hay un exceso de presión, el centro de la banda en contacto con la superficie se gasta más rápido, y la absorción de las imperfecciones del camino y el confort disminuyen notablemente.
Igualmente, siempre es preferible para transitar por la ruta que la presión sea elevada.
Los especialistas sugieren que se puede agregar hasta un 40% más de lo indicado en el manual del usuario. Con esto se logra menor resistencia aerodinámica y mejor comportamiento dinámico.
Eso sí, cuando se llega a destino y para transitar en la ciudad siempre se recomienda volver a la presión propuesta en el manual del usuario, para no sufrir las consecuencias advertidas líneas arriba.
Para mantener en perfectas condiciones los neumáticos también hay otros factores por tener en cuenta: la alineación, el balanceo y la rotación. Cuando el rodado está desalineado se produce un desequilibrio y desgaste en el sistema de dirección, suspensión y en los neumáticos.
Por eso la sugerencia es realizar la operación de alineación y balanceo en lugares establecidos y reconocidos por la trayectoria, y que posean las máquinas especiales para realizar el mejor trabajo para los modernos neumáticos. Esta tarea es recomendable realizarla entre los 8000 y 10.000 kilómetros.
En cuanto a la rotación, como los neumáticos delanteros son los que mantienen la dirección del vehículo y sufren los cambios de tracción, es conveniente rotarlos con cada trabajo de alineación y balanceo.
Cuando el vehículo tiene tracción en las cuatro ruedas, la rotación cruza los neumáticos de ambos ejes y se instalan en el eje opuesto.
A la hora de adquirir nuevos neumáticos, hay que seguir la indicación del manual del usuario. Se debe tener en cuenta el terreno por el que se va a transitar usualmente y las características de manejo del conductor.
Al instalarse, los primeros 100 kilómetros de uso hay que realizarlos a una velocidad de entre 60 y 80 km/h para que tengan una vida útil superior.
Finalmente, conviene recordar un elemento que muchas veces no se tiene en cuenta y que es fundamental para transitar con seguridad: la rueda de auxilio.
Los neumáticos modernos tienen menos roturas que los de hace tiempo y es probable que un conductor circule varios años sin sufrir una pinchadura. Por eso es lógico que pocos usuarios recuerden verificar la presión de inflado de la rueda de auxilio, una práctica que conviene realizar al menos cada tres meses.
También es recomendable que el neumático de auxilio forme parte de la rotación de cubiertas cada vez que ésta se realice.
Que les sea útil, un abrazo